08. Psicología del cantante

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Hoy quiero compartir algo que aprendí hace un tiempo cuando tuve el placer y la constancia de “bancarme” mis estudios en Estados Unidos.

El tema se trata de:
Por qué cantamos para otros, “el público?” y qué nos pasa cuando lo hacemos.
Podemos cantar solos, para nosotros y ser creativos, o cantar acompañados de pistas o alguna grabación en casa. Si podemos entregarnos plenamente a una audiencia el efecto que provocaremos en la gente va a ser de reconocimiento y muchas veces “amor”.

Un “ego” muy agresivo y remarcado va a ser aceptado por la gente siempre y cuando sea suavizado o escondido con humor. Interiormente uno puede tomarse muy en serio el tema de la autoestima, pero exteriormente mostrarlo como de menor importancia. Este “disimulo” de nuestro excesivo ego muchas veces puede ser muy perturbador y a menudo requiere el uso de drogas o alcohol para bancarse la subida al escenario. Mi profesor contaba una anécdota de un famoso cantante que siempre decía “ ……me siento muy desvalido ahí parado con sólo mi ego como motivador…..”, otro famoso cantante siempre contaba que se las arreglaba con imaginación y humor para relajarse frente a la gente. Eso lo podía hacer porque su autoestima no era tan superlativa y eso le permitía entregarse tal cual era y no creerse tan superior, porque de esa manera siempre iba a estar solo.

Qué significa “entregarse completamente”?

• Primero significa estar preparado, a través del conocimiento del material que vamos a presentar show en todas las maneras posibles:

– Conocer perfectamente la melodía
– Tener total fluidez con la letra
– Tener bien claros los acordes
– La estructura del tema, es decir tener en claro las vueltas y   siempre saber dónde entrar, entender los solos de los instrumentos, etc.
– Las escalas posibles que podemos utilizar en el tema para frasearlo.
Ensayos con y sin el grupo.

Si entrenamos de esta manera podremos estar bien comprometidos con la música, sin pensar. No tendremos que pensar hacia dónde vamos, ¿qué tengo que cantar?, ¿qué tenemos que decir en la canción?, ¿cuál es el significado?
De esta manera perdemos la conciencia, estamos mezclados, pegados con la música, no nos podemos separar de ella, y esto permite que podamos no tener conciencia de lo que estamos haciendo porque todo fluirá normalmente.
Esta forma de entrenamiento nos dará la relajación necesaria y nos disparará la creatividad. Así, la música y nosotros seremos uno, no habrá división. Nuestro “yo” estará perdido y esto es bueno porque de esa manera no sentiremos miedo, inseguridad, temor al fracaso, etc.
Recuerdo una clínica que dio un famoso guitarrista de jazz, Chuck Wayne, cuando uno de los asistentes le preguntó cuáles ejercicios hacía él para no estar nervioso frente al público, Chuck respondió que solamente se ponía nervioso cuando había estudiado y practicado menos de lo que debía. “…hago mis prácticas y eso me relaja totalmente porque no voy a encontrar diferencia cuando hay alguien escuchando que cuando no lo hay… porque la música es la misma….”

• Cuando subimos a un escenario, el “ser cantante” aparece cuando desaparece el “estudiante”. Aparece el verdadero cantante cuando se pierde el estudiante en el espíritu de la canción que vamos a cantar. Perdemos nuestro “yo” (el que nos juzga, critica, nos atemoriza, provoca dudas, etc.) para identificarnos totalmente con la música.
Nuestra previa preparación nos permitirá comunicarnos plenamente sin pensar en lo que tenemos que hacer y directamente entraremos con todo el corazón en lo que estamos haciendo. En este momento no juega la autoestima porque el “yo” desapareció solamente estamos en la música y somos parte de ella, como un medio y no como un fin. No somos “nosotros” los que cantamos sino que sólo estamos con la música para disfrutarla y compartirla. Esto implica una entrega total y sincera y generalmente es sentido y recibido por los que nos escuchan.
Antes de plantearnos si tenemos talento o no, si servimos o no para una actividad musical como cantar o tocar un instrumento, cada uno tendría que llegar a desarrollar profundamente nuestro potencial. Yo no estoy de acuerdo con el prejuicio de que uno nace con las condiciones y el talento, por lo contrario, creo que primero tenemos desarrollar nuestras posibilidades al máximo. Esto implica, mucho trabajo: estudio, práctica, perseverancia sin buscar lo fácil, luego la historia nos demostrará cuanto talento había.

Las cosas que hacemos porque las amamos siempre nos llevan a un desarrollo pleno si somos coherentes, consistentes, determinados y perseverantes. La energía que pongamos en nuestro estudio va a ser directamente proporcional al placer y reconocimiento que obtendremos gracias a él.
Pero no olvidemos que mucha gente que empezó por amor a la música falló cuando “se la creyeron demasiado”; cuando el “ego” empezó a ser más importante que la música en sí misma. Siempre la creatividad está opuesta a nuestro “ego”. Cuanto más ego aparece menos música habrá. Y tarde o temprano la gente se dará cuenta, y lo que es peor, seremos muy vulnerables. La línea que hay entre la confianza en el trabajo y en sí mismo y el “creeserla por demás” es muy fina pero muy visible.

Besos.

Marta Bellomo

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