Hoy quiero compartir las cosas que sufrí cuando empecé a cantar.
Generalmente al comienzo sucede que hemos aprendido “de oído”, y no sabemos música, entonces esperamos que los integrantes de la banda nos resuelvan todo. Puede pasar que por casualidad encontremos un grupo que nos resuelva las dificultades de tonalidades, alturas, registros, volumen, técnica etc. pero la mayoría de las veces esto no pasa. Entonces si detectamos algunos de estos “problemas” y vemos como solucionarlos podremos prepararnos para resolver muchas de estas “desgraciadas” situaciones.
Cuanto más organizados y preparados estemos para una tarea o trabajo, mayor respeto vamos a obtener de los integrantes del grupo. Esto es muy importante por un lado para nuestra reputación como profesionales y puede ser una de las mejores razones para conseguir trabajo o bandas con quien tocar.
Muchas veces hablando con cantantes comentamos la soledad que sentimos en el “mundo” de los instrumentistas.
Hay que estar preparado teniendo los elementos suficientes para sentirse y ser un músico más.
• Uno de los elementos es saber cuál es nuestro registro y con esto me refiero a que no alcanza saber si somos sopranos, mezzos, tenores, barítonos, etc., sino saber “desde cuál nota y hasta cuál nota llegamos” (desde las notas más graves a la más agudas) o sea nuestra tesitura, para facilitar la composición o los arreglos de los temas.
• Otro elemento es saber en cuales tonalidades cantamos nuestro repertorio. Saber buscar en casa y con la ayuda de algún instrumento (teclado, guitarra u otro) el tono de cada tema que vamos a cantar para que nuestra voz suene cómoda, linda y placentera y de esta manera no arriesgarnos a que nos “obliguen” cantar en una tonalidad que nos haga “forzar la voz” sin poder relajarla y sonar con nuestro mejor color.
• Saber transportar los temas a nuestra comodidad.
• Tener nuestras partituras. Esto significa también que por el hecho de ser vocalistas estamos a merced de nuestros acompañantes por lo tanto esas partituras deben estar claramente escritas, prolijas para ser leídas, correctamente transportadas, y tomando en cuenta las tonalidades elegidas en el caso de existir instrumentos de viento. Cuanto mejores sean nuestras partes o partituras más seremos aceptados.
• Otro de los elementos a manejar es lo que podríamos llamar “jerga”. Es horrible a veces estar en un grupo y empezar a escuchar cosas como “da capo” o “da capo al Seño” o vamos desde el Puente”, o que nos pidan: “entra después de 8 compases de Intro” o “vamos a la Coda” o “Doblar el tiempo”… etc….etc…. y no entender de que se trata. Por lo tanto es importante manejar este tipo de terminología, esta “jerga”, para no sentirse excluido dentro del grupo.
Hay muchos más elementos que deberemos tener en cuenta para estar preparados y transformados en músicos con nuestro instrumento “la voz”.
Para mi lo más importante en un cantante es su capacidad emotiva-expresiva, también ayuda tener una buena técnica (respirar correctamente, no forzar las cuerdas vocales, la relajación, vocalizar etc. etc.) pero es necesario que seamos Músicos para ser un miembro más de la banda, con el mismo bagaje de conocimientos musicales que el bajista, el guitarrista, el pianista o saxofonista. Esto no significa que uno no pueda decidirse a cantar hasta que domine todos los conocimientos pero de todas maneras debemos intentarlo si lo que buscamos es evolucionar.