| 
           <volver 
           
        EL BLUES DENTRO DEL JAZZ 
        Nuestro encuentro de hoy inicia una serie de artículos donde nos dedicaremos a mejorar nuestros conocimientos armónicos y melódicos del Blues. El Blues es y será algo especial dentro del jazz y de la música en general. Cualquier oyente no entendido, reconoce un Blues entre varias canciones de un repertorio. Los músicos disfrutamos tocando Blues, ya que podemos expresar sentimientos, emoción y también volcar en nuestro fraseo conceptos más intelectuales. 
           
        El Blues entonces, y esto es importante destacarlo, es una estructura armónica, una combinación específica de ciertos acordes y no un "tempo" o un ''feeling'' de una canción. Es decir, podemos tocar un Blues "rápido", "medio" o "lento" que, mientras tenga los acordes característicos, seguirá siendo un Blues. Ustedes como guitarristas deben conocer perfectamente esto, ya que en una zapada, con sólo mencionar el tono y la velocidad, el Blues sonará solo. 
        EJERCICIOS 
           
        Vayamos al grano y veamos cómo la vuelta del Blues fue evolucionando, dando origen a las variantes que deben conocer. La Fig. N° 1 muestra un Blues básico de tres tonos. Este es el Blues que con alguna variante trascendió al mundo a través del movimiento del rock. 
          
           
          A partir del año '40, dentro del jazz los improvisadores, buscando expandir sus solos, introdujeron algunas variantes como las de la Fig. N° 2. Este último es el Blues clásico para los jazzeros y como ven, tiene algún acorde más que el otro, que es el clásico para los rockeros. Deben saber los dos a la perfección. Practiquen cambiar el tono y memorizar perfectamente la vuelta de acordes. 
           
            
           
          Para terminar les paso en la Fig. N° 3 un acompañamiento simple y lindo para el segundo Blues. 
        A trabajar y nos vemos la próxima con mucho más Blues. 
         
          
        Alejandro Moro 
        Clínica publicada en la revista "Music Shop" N°48, 2000  
        <volver 
           
              |